YAHWEH IS SENDING
YEHOSHUA AGAIN.
He will establish the Kingdom
of God in this world.
ARE YOU READY???
'UNA
CARTA ABIERTA'
EL CAMINO DEL
HIJO DEL ESPÍRITU DE DIOS
LECTURAS BÍBLICAS:
1 Sam. 2:7;
Jn. 16:8; Sal 47:7-11; Sal.23:4-6; 2 Co. 6:1-10; Efesio 3:18-21; Job
41:10: Marcos 10:29,30; 1 Pedro 1:8;
Sal. 2:7 Yahweh
empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece.
Juan, 16: 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de
pecado, de justicia y de juicio.
9 De pecado, por cuanto no creen en mí;
10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me
veréis más;
11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este
mundo ha sido ya juzgado.
Salmo 47:7 Un
abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han
pasado sobre mí.
8 Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de
noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida.
9 Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has
olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me
afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
11 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te
turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y
Dios mío.
R60 Psalm 43:1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa;
Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.
2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por
qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me
conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas.
4 Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi
alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te
turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y
Dios mío.
Salmos 23:4-6 Aunque ande en valle de sombra de
muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de
mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me
seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Yahweh moraré por largos
días.
Efesio 3:16 para que os dé, conforme a las riquezas de
su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;
17 para que habite Cristo por la fe en vuestros
corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
18 seáis plenamente capaces de comprender con
todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y
la altura,
19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a
todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el
poder que actúa en nosotros,
21 a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús
por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
Marcos 10:29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo
que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o
madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,
30 que no
reciba cien veces más ahora en este tiempo;
R60 2 Corinthians
6:1 Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que
no recibáis en vano la gracia de Dios.
2 Porque
dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He
aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
3 No damos a
nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea
vituperado;
4 antes bien,
nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en
tribulaciones, en necesidades, en angustias;
5 en azotes,
en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos;
6 en pureza,
en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero,
7 en palabra
de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra;
8 por honra y
por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces;
9 como
desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como
castigados, mas no muertos;
10 como
entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos;
como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
1 Pedro 1:8 a quien amáis sin haberle visto, en quien
creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;
2 Cor. 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como
por el Espíritu del Señor.
EL LIBRE ALBEDRÍO DEL
HOMBRE Y LA VOLUNTAD DEL ESPÍRITU DE DIOS.
El Espíritu del Señor
nunca se adelanta en entrar en un corazón de manera apresurada. El respecta el
libre albedrío del hombre, sea antes de la cruz, sea después de la cruz.
Él sabe esperar a un
iluminado, antes de la cruz.
Él sabe esperar a un
niño en Cristo, después de la cruz.
Él sabe esperar a un
huiós del Espíritu de Dios, para que este crezca y produzca él fruto y sea
sobre edificado para ser conocido, como el Espíritu de Dios, lo conoció, antes
de la fundación del mundo.
El Espíritu de Dios,
siempre espera que la voluntad del hombre, sea igual a la suya antes de
proceder.
EN LA FASE DE LA
ILUMINACIÓN
Durante la fase de la
iluminación, antes de la cruz, el Espíritu de Cristo procesado, solo opera
mediante Su Luz Divina. El Espíritu Vivificante, ilumina la consciencia del
hombre, para convencer su mente natural, de pecado, de justicia y de juicio.
Juan, 16: 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de
pecado, de justicia y de juicio.
9 De pecado, por cuanto no creen en mí;
10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me
veréis más;
11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este
mundo ha sido ya juzgado.
1. De pecado, porqué el hombre
natural, vive separado del Espíritu del Dios Triuno, y necesita reunirse al
Altísimo.
Primeramente el
Espíritu de Cristo procesado, ilumina la consciencia del hombre, para que esta
se haga sensible a las demandas del Espíritu de Dios. Esta normalmente se
resiste, excusándose a sí misma, para convencerse que todo está bien. Esto es debido,
haber vivido en contacto con el mundo toda su vida.
Bajo la Luz Divina,
la consciencia puede ver su depravación, pero no tiene ningún poder para
mejorar su vida natural. El iluminado, solo puede vivir por las apariencias
externas, pero en su corazón, no hay la Vida del Espíritu de Cristo.
En el corazón, surgen
así unos conflictos tremendos, entre lo que puede ver su consciencia iluminada
por la Luz del Espíritu, y lo que ve en su corazón natural. Son tiempos de
muchas lágrimas y aflicciones. El hombre quiere hacer la voluntad del Espíritu
Dios Triuno, quiere cambiar con todas sus fuerzas, pero solo puede usar sus
fuerzas naturales, nunca puede tener unos resultados consistentes. Siempre
vuelve bajo el poder del mundo y de su poder natural. Su vanagloria lo atrae,
con todo su vigor, y siempre gana.
Esta fase puede durar
muchos años, y a veces dura toda una vida. A pesar que la persona puede haber
escuchado el Evangelio del Espíritu de Dios, puede que realmente nunca se
sienta atraído a aceptarlo, en su corazón natural.
2. De Justicia.
Debido al pecado que domina el mundo, el Espíritu del Dios Triuno tiene proveído
mediante el sacrificio de Cristo, la redención y la justificación. Mediante
este hecho el hombre natural, es cortado del sistema del mundo, y en el mismo
momento de creer espiritualmente, es redimido y justificado. Debido a la
resurrección de Cristo, el Espíritu de Dios debido a la justicia Divina, tiene
el poder para impartir una nueva Vida Espiritual, insertando el hombre redimido
y justificado, en el Espíritu de Vida, para que esta Vida pueda penetrar en él.
Este es la Luz que provee el espíritu Vivificante, para llevar al iluminado a
creer en el Hijo del Espíritu de Dios para redención y justificación, para
poder insertarlo en el cuerpo de Cristo, para impartir la vida eterna.
3. De Juicio.
Debido al juicio dictado por el Espíritu del Dios Triuno, debido a la obra
victoriosa de Cristo, a las potestades espirituales, el Espíritu de Dios, tiene
proveído para hacer que esta Nueva Vida recibida por el nuevo hijo en Cristo, sea
una realidad inmovible, por la eternidad, desde el momento de la inserción. En
Juan 16:8 dice:
8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de
justicia y de juicio.
Es así que nace una Nueva Creatura, un Nuevo Niño, en
el Espíritu de Cristo procesado.
En el niño en Cristo,
el Espíritu del Dios Triuno, quiere entrar en el corazón del hombre natural,
para empobrecer su corazón natural lleno de vanagloria y de la sabiduría del
mundo, quitando de él su vanagloria y lo que puede proveer el mundo. Cuando recibimos Luz Divina, que es
evidenciada en nuestra consciencia, lo que tenemos que hacer, es desechar mediante
la fe en la obra de Cristo, la vanagloria, y lo que proviene del mundo, que ha
sido puesto en evidencia, para que la Vida del Espíritu de Cristo procesado,
pueda poco a poco ser formada, en el nuevo corazón. Esto creerá en nosotros un
nuevo hábito de Vida en humildad y mansedumbre.
Es entonces que se desecha todo lo
natural, que consiste más especificadamente la vanagloria y nuestro mundo, que
ha sido iluminado.
La fe del hombre, que consiste en la obra de
la muerte conjunta de Cristo con nosotros, y del mundo, es movida por una
consciencia pura, iluminada por la luz Divina, y permite que por la fe en la
obra de Cristo, se deseche del corazón natural, todo lo superfluo y natural en
él. Estas es la manera que el Espíritu de Dios empobrece el corazón
natural.
Es un periodo
altamente dificultoso para el niño en Cristo, debido que no se trata solo de
ver claramente lo que tiene que desechar, más tiene que tener el gozo de hacer
que su voluntad, pueda ser sumisa y obediente a las expectativa del Espíritu
del Dios Triuno.
Es el tiempo de tomar
muchas decisiones, las cuales son imprescindibles, para dejar campo al Espíritu
de Vida de Cristo procesado, para comenzar a poseer su corazón natural, tan
pronto como algo sea desechado.
De hecho el niño en
Cristo, está tan ocupado en esta tarea, que no nota ninguna progresión en él,
debido, que como el Espíritu Vivificante avanza en su corazón, Su Luz inmediatamente,
ilumina otro problema que hay que desechar.
Esta tarea es tan
dura, principalmente porqué el niño en Cristo, solo miras a sí mismo, se siente
desolado, oprimido, y muchas veces, piensa que no recibe la ayuda suficiente
para hacer frente a lo que la Luz Divina le propone.
A veces las
decisiones son tan drásticas que producen un cambio en su modo de vivir y esto
ciertamente puede ser muy doloroso.
Solo cuando el niño
en Cristo, ve que atrás de todo lo que le pasa, está la mano del Espíritu del
Dios Altísimo, puede tomar resoluciones con un cierto gozo.
La tarea de tener el Espíritu
de Cristo procesado, formado en el corazón de un niño en Cristo, puede durar varias decenas de años o toda la vida o nunca.
Esto depende, de cómo el niño en Cristo, acepta o no, los dictámenes del
Espíritu del Señor.
Nuestro Señor
Jesucristo nació sin pecado, pero tuvo el gozo de no producir ningún pecado
toda su vida. Ciertamente sufrió mucho, pero con gozo, sabiendo que atrás de
todo su andar, había la presencia de su Padre Celestial. Todo su corazón tuvo
de pasar por innumerables pruebas de fuego, cada minuto del día, para
experimentar que su fidelidad al Espíritu de Dios Padre, era genuina.
Solo cuando el
Espíritu de Dios Padre, fue satisfecho de su fidelidad, lo reconoció
oficialmente como Su Huiós, en la Huiothesia, en el Jordán, para comenzar su
servicio público. Sabemos que pasaron 30 años, para que esto fuera una realidad
para Él.
Con esto ejemplo
vivo, delante de nuestros ojos, tenemos que ser muy cautelosos, antes de
considerarnos como huiós del Dios Altísimo. Pero ciertamente llegará el día de
nuestra huiothesia, como a los miles de millares, que forman parte del Nuevo Hombre.
Millones de millones
se quedarán en el camino, serán cortados del Nuevo Hombre, y solo entrarán en
el Cielo como por el fuego en calidad de invitados.
YAHWEH ENRIQUEZE
Mientras el Espíritu
de Dios provee para desechar todo lo natural, es entonces que el Espíritu de
Dios, puede tomar posesión del corazón natural del hombre proveyéndolo, poco a
poco, de la Plenitud de Vida Espiritual de Cristo procesado.
Es el momento de la
huiothesia. Con la huiothesia el Espíritu Vivificante de Dios, puede proveer
ulteriores dones, gracias, poder para el servicio, y poder para practicar la Vida
del Espíritu de Cristo, en él. Es el momento de la transacción desde niño en
Cristo, a ser oficialmente reconocido como huiós de Dios, con todos los
derechos que tiene el Nuevo Hombre. Es el momento de tener el Espíritu de Cristo
procesado, formado en él.
En esto consiste el
enriquecer el corazón del hombre.
Todos estos dones
siempre, tienen que ser probados por el fuego. Es triste que el huiós de Dios
con el tiempo, haga que su corazón, aun con Cristo formado en él, se apropie de
ellos, como si fueran suyos.
El ve que puede
servir con poder, ve que la Vida de Cristo procesado, está fluyendo en él, ve
que recibe revelación Divina, ve que puede amar, y toda esta riqueza Espiritual,
poco a poco, es su gran piedra de tropiezo.
Se
enaltece, y su vanagloria crece, en medida que su riqueza
Espiritual aumenta. En esta fase el huiós de Dios, entraprende una multitudes
de servicios, una infinidad de obras, y como natural, en el más profundo de su
corazón, aun con Cristo formado en él, nace una nueva vanagloria, producida por
todas las obras y servicios llevados a cabo.
Es como haber vuelto
atrás, como si en su corazón todavía existe “la savia del olivo silvestre”.
Pero no se trata de esto, se trata que su corazón habiendo recibido más dones,
y más poder, estos han alterado el equilibrio que antes tenía produciendo una
nueva vanagloria.
Cuando se produce
esta altivez, el Espíritu del Señor, tiene la necesidad de hacer pasar por
el fuego, al huiós de Dios
YAHWEH ABATE (El invierno espiritual)
Es cuando el Espíritu
del Señor tiene que abatir otra vez la nueva vanagloria, que estaba escondida
en su corazón en potencia, debido al cambio que su corazón experimentó, debido
al aumento de la Gracia Divina.
El Espíritu de Dios
tiene que hacer pasar por la cruz, todo lo que el Nuevo Corazón tiene recibido.
Todos los dones, gracias y poder, tienen ahora que perder su poderío, y el
huiós de Dios se siente de repente como sin fuerza, afligido, por darse cuenta,
de que mal uso hizo de todas las Gracias recibidas. De repente se da cuenta que
una nueva vanidad vive con fuerza en él y que el Espíritu del Señor no está
dispuesto en aceptarla.
A pesar de tener
Cristo formado en su Nuevo Corazón, el huiós del Espíritu de Dios, ve que el
Espíritu de Cristo procesado, ya no puede progresar en él, y no lo puede
sobreedificar.
Todos sus
ministerios, todos sus resultados se dejan ver por lo que son, trapos de
inmundicias y esto por el hecho de haberse apropiado de los dones que el
Espíritu de Dios le había entregado. Su situación emotiva, es peor de la que
antes de la cruz. El Espíritu de Dios, le dice en su consciencia, que todavía
no se conoce a fondo. Estas vestiduras con que el Espíritu de Dios lo había
arropado, no le dejaban ver toda su penosa realidad. Las personas que tiene
alrededor, comienzan a verlo tal como verdaderamente es. Se siente tan abatido
que ya casi no ora, no lee la biblia y lo que hace, lo hace porque no tiene
alternativa para no hacerlo. Desearía dejarlo todo, pero no lo hace, por la
vergüenza que tendría que pasar.
Se ve tan inmundo,
que la más pequeña imprudencia, la más mínima falta de atención en lo que hace,
la vea como algo enorme, como un pecado gigantesco. Es cuando se examina a sí
mismo, y no deja al Espíritu de Dios examinarlo objetivamente. Se ve tan
miserable y necio de ser un huiós de Dios. y duda si en verdad lo es. Pero
ciertamente lo es. Es el Espíritu del Señor, que lo coloca en esta posición,
para que aprenda que nunca, nunca, nunca, jamás tiene que apropiarse de lo que
no es suyo. Sin disfrutes de los dones, se siente desnudo, y pierde totalmente
toda confianza en sí mismo. Se siente frio, malagradecido. Si ve a otro huiós
de Dios con poder y dones, esto hace que su dolor aumente, se siente
profundamente humillado por alguien, que un tiempo, pensaba inferior a él.
Todas las personas
comentan de él:
“¿Y esta es la
persona que todos admiraban como un modelo para seguir?
¡Mirarlo ahora de
donde ha caído!
Se siente totalmente
despojado, y así su Espíritu, se vuelve poco a poco ser totalmente desnudo. Las
aguas se volcán sobre él, y queda así sumergido en su desesperación, por ver la
meta que tanto quería, como inalcanzable. Su fe mengua, y duda que el Espíritu
del Dios Triuno, tenga hecha todas las cosas nuevas en él. No ve esto en él.
Esta experiencia es verdaderamente pasar por unas aguas muy profundas, como
dice en Salmos 47:7:
Sal. 47:7 Un abismo
llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado
sobre mí.
Y de repente se
recuerda como sigue en el Salmo y ve como de su mejilla salen unas copiosas
lágrimas de esperanza, y así suplica al Altísimo, que ya no puede avanzar ni un
solo paso, sin poder ver Su Vida, viva en Él.
8 Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de
noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida.
9 Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has
olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me
afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
11 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te
turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y
Dios mío.
Y más…
R60 Psalm 43:1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa; Líbrame
de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.
2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por
qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me
conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas.
4 Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi
alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te
turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y
Dios mío.
Así se calla, todo lo
soporta, y sigue esperando en el Espíritu de Dios, aún si ninguna fuerza. Es
cuando aprende la lección espiritual más importante, que experimenta en su
sangre, es que nada es suyo, y que el Espíritu del Señor lo puede quitar en un
instante. Y se ve totalmente desnudo, y totalmente incapaz de hacer algo que
tenga un valor espiritual, y clama a gritos desesperados el Salmo 23.4-6:
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré
mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán
aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de
mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me
seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Yahweh moraré por largos
días.
Cada vez que el
Espíritu del Señor imparte una nueva Gracia, esta tiene que ser puesta
inmediatamente bajo el fuego, para ser probada, para evitar que el huiós se la
apropie como suya. Al no hacer esto, el huiós de Dios, inevitablemente se
enaltecería e inmediatamente caería de la altura en que el Espíritu de Dios lo
había colocado, obligando al Espíritu de Dios a quitarle, a veces, todos los
Dones y Gracias, que le había impartidos mediante la huiothesia.
YAHWEH ENALTECE
Esto es el momento en
que, el huiós de Dios, experimenta el comienzo, de una nueva y verdadera Vida, debido
que el Espíritu de Cristo procesado, quiere sobre edificacar en él.
A partir del
fundamento, que es el de la Vida formada, del Espíritu de Cristo en él, esta
Vida, es una Vida de continuo ascenso, que le hace conocer y experimentar las grandezas
y profundidades de la Vida del Espíritu de Cristo procesado en él, como lo
describe el Apóstol Pablo:
16 para que os dé, conforme a las riquezas de su
gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;
17 para que habite Cristo por la fe en vuestros
corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
18 seáis plenamente capaces de comprender con
todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y
la altura,
19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a
todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el
poder que actúa en nosotros,
21 a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús
por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
Es cuando el Espíritu
del Señor, imparte nuevas fuerzas, restableciendo ciertos Dones Espirituales, e
impartiendo unos nuevos. El huiós de esta manera, viendo como el Espíritu del
Señor, es con él, tan misericordioso, y bondadoso, se hunde todavía más en la
aflicción, debido a la vergüenza que experimenta delante el Espíritu del Señor,
viéndose indigno de tanto honor. Estos sentimientos surgen otra vez debido que
el Huiós de Dios tiene quitado por un momento, sus ojos, del Espíritu de
Cristo, y los enfocó el él.
Como el Espíritu del
Dios Triuno, le da la oportunidad de volver a la normalidad y por la fe ver
solo al Espíritu de Cristo obrando poderosamente en él, se puede recuperar, y
volver a la obra con aún más poder y fuerza que antes. Ya ha dejado atrás el
obrar para su satisfacción personal y una nueva fuerza prende posesión de su corazón.
Es la profundidad de una consciencia iluminada profundamente de la Luz del
Espíritu Vivificante de Dios que le imparte un vigor que antes nunca habías
sospechado en él. Es un nuevo poder, que brota por haber experimentado en su
carne, una muerte profunda. Es esta muerte, la que le produce este nuevo poder.
Los que piensan de estar en este nivel, pero no experimentan este poder
ilimitado, todavía no se encuentran disfrutando plenamente de la Vida del
Espíritu Vivificante de Cristo procesado. Cuando lo experimentan, todo le es
multiplicado por cien, como dice en Marcos 10:29,30;
29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no
hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o
mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,
30 que no
reciba cien veces más ahora en este tiempo;
Es así que un
huiós del Espíritu de Dios, aprende, que
nunca más tiene que apoderarse de los dones que el Espíritu del Señor imparte,
y nunca más puede poner confianza en unas fuerzas que no son suyas.
Estos dones no nos
pertenecen, los podemos usar, pero pertenecen al Altísimo y sin ellos somos
nada. Es cuando que se puede decir como Pablo: “Soy rico con los dones
recibidos del Altísimo, pero me siento como no teniendo nada, más poseyéndolo
todo.”
R60 2 Corinthians
6:1 Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que
no recibáis en vano la gracia de Dios.
2 Porque
dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He
aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
3 No damos a
nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea
vituperado;
4 antes bien,
nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en
tribulaciones, en necesidades, en angustias;
5 en azotes,
en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos;
6 en pureza,
en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero,
7 en palabra
de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra;
8 por honra y
por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces;
9 como
desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como
castigados, mas no muertos;
10 como
entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos;
como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
Es cuando el huiós
del Espíritu de Dios, deja una vez por siempre de obrar para su satisfacción
personal, satisfaciendo su vanagloria, debido a la tremenda lección Espiritual
que el Espíritu de Dios tiene obrado en él.
Realiza que los dones
recibidos no son suyos, las obras no son suyas, los ministerios no son suyos y
aprende a dejar al Espíritu de Dios proveer por su seguimiento. Tendrá que
dejar unos y comenzar otros. El huiós solo puede ver el Espíritu de Cristo
procesado en él, como el autor de todo lo que él hace.
Él sabe que no posea
nada, y ya no necesita nada que sea del mundo, pero posee la cosa más preciosa
que existe, la Vida del Espíritu de Cristo procesado obrando poderosamente en
él. Todo lo que es parte de la creación, ha sido perdido, para ganar a la Vida
del Espíritu de Dios en él.
Ya él no vive y no
trabaja por este mundo, ni por él, debido que puede ver que no es de este
mundo, y él pertenece al Espíritu del Dios Triuno, y así deja toda su Vida y
toda su obra en las manos del Espíritu de Vida de Cristo procesado.
Todo lo tiene de
regreso multiplicado, no para que sea suyo, más del Espíritu del Señor, para
que Él lo pueda usar para su Gloria. Ya no se preocupa que la obra del Espíritu
del Señor tenga que florecer o tenga que estancarse, porque él ha puesto toda
obra en las manos que tienen la máxima sabiduría y habilidad. La única cosa que
le preocupa, es poder seguir viviendo en el Espíritu de la Vida de Cristo
procesado, porque sabe que si esto es el caso, el Espíritu de Dios, siempre
proveerá que su voluntad se cumpla en sus huiós.
Estos huiós ya no
codician grandes obras, para su satisfacción, sino que están contentos de estar
dentro de la voluntad del Espíritu de Dios. De hecho el Señor no necesita mucho
más que esto, debido que estando en la voluntad del Espíritu de Señor, es más
que suficiente para que estos Huiós Gloriosos, un día, podrán servir cara a
cara al Espíritu del Dios Triuno por toda la eternidad, como parte
gloriosa de la Nueva Jerusalén, y de la Esposa del Cordero.
Esto despierta en él
una alegría y un gozo inefable, como nos comenta el Apóstol Pedro en 1:8:
8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo,
aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;
Ahora su tesoro más
precioso, es el Espíritu de la Vida de Cristo procesado en él, de donde puede
beber directamente de la Fuente del Agua de la Vida, y puede respirar de Su Aire
Espiritual como está respirando del aire que lo rodea. No se preocupa de cómo
lo va hacer, solamente lo hace, como la cosa más simple de este mundo.
Como niño en Cristo,
o como huiós inexperto, siempre necesitaba del Espíritu Vivificante, que su luz
resplandera primero, para poder conocer algo de Dios. Ahora el Glorioso Huiós
de Dios, ha sido sobreedificado, está tan sumergido en la Luz y la Vida del
Espíritu del Dios Triuno, que de Él, extrae toda la Revelación y Conocimiento Espiritual, de una forma natural, como el
mismo respirar.
No necesita leer la
escritura, para que esta le haga ver la Luz. Él tiene en Él esta Luz, y se
impresiona al ver las cosas que dice, o que escribe. Se forman naturalmente en
su mente, y se le salen espontáneamente, de su boca.
Anda cuando tiene que
andar, y para cuando tiene que parar. Ya no necesita pensarlo, lo ve y
sencillamente lo hace. Él se siente libre para hacer toda obra, o para no hacer
nada. Él se puede adaptar a cualquier sea circunstancia.
Debido que el
Glorioso Huiós del Espíritu de Dios, vive en el mundo, está sujeto de ser
herido por el mundo. Debido a estas heridas, el Glorioso huiós del Espíritu
Dios, ahora, sufre profundamente, al ver tanta vanagloria a su alrededor. Pero
ya no se pone triste y ni siente amargura en él, porqué el posee un
corazón inmutable, el del Espíritu de Cristo procesado.
A pesar que puede
sufrir por algunos eventos, sabe que estos son permitidos por el Espíritu de
Dios, para probar a sus huiós. El huiós en esta situación ya no puede ser
triste o afligido, más siempre experimenta un gozo de saber cómo el Espíritu de
Dios Triuno, obra en él, debido a una relación estrechísima.
Solo si el Glorioso Huiós
del Espíritu de Dios, es poseído por el Espíritu del Dios Triuno, puede
experimentar esta situación. Decimos esto en parte, debido que el Espíritu obra
siempre en parte. Cuando termina una, empieza otra, y así sin fin. Como dice en
2 Co. 3:18:
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como
por el Espíritu del Señor.
Muchos huiós piensan
que han renunciado al mundo. Es cuando el Espíritu los ilumina en esto aspecto
en particular y le hace ver su triste realidad.
La renuncia total, no
retiene a nada. Y es así, bajo la Luz del Espíritu Vivificante, que el Huiós en
esta fase, se da cuenta de lo lejos que está de esta meta. Se resiste en
meterse totalmente en las manos del Espíritu Todopoderoso del Dios Triuno, sin
hacer ninguna resistencia.
Es cuando puede ver
que tiene miedo de perderse a sí mismo, en Él. Tiene excusas, pensando que a su
nivel, esto ya no es necesario. Vivir por la sola fe por su sustento, y en
todas sus obras, solo lo puede hace un insensato.
Una persona que tiene
una mente brillante, puede decidir el camino más apropiado. Ya tiene una
posición y un seguro sustento. No tiene que pasar por todo esto.
¿No estoy yo
sumergido en la Luz y la Vida del Espíritu de Cristo? Por tanto puedo tomar
decisiones, debido que mi mente ya ha sido renovada.
¿No tengo la
prerrogativa de hacer o de no hacer?
Como pueden ser
ciegas ciertos huiós.
Cuan necios podemos
ser. Pero a menos que no decidamos de perdernos en el Espíritu de Cristo
procesado, ciertamente nos quedaremos estancados. No solo nosotros, no
avanzaremos más, también todas las obras que pensamos que son del Espíritu del
Señor.
Este camino es tan
poco usado, por el simple motivo, que lo que han llegado tan lejos, se sienten
tan sabios y prudente en sí mismos, que no necesitan andar en este mundo
dependiendo del poder de la sola fe, en el Espíritu del Dios Triuno.
El huiós que es
sobreedificado y está dando futo verdadero ya no argumenta con el Espíritu del
Dios verdadero, porque se ha rendido totalmente a él. Pero sigue teniendo este
peligro, por todo el resto de su vida, el de no querer perderse el Espíritu del
Dios Triuno.
¿QUÉ TE PARECE, Y QUE
PIENSA HACER AL RESPECTO?
Armando Zanolla
Berlín el 23 de
febrero del 2014
Revisión el 7 de
marzo del 2014
Revisión el 1 de
abril del 20214
Revisado el 14 de
julio del 2014
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